El águila era un símbolo importante dentro de la mitología griega, siendo el ejemplo más conocido el águila de Zeus. Se sabía que la deidad suprema de la mitología griega se transformaba en una de estas aves. Por ejemplo, cuando secuestró a Egina con quién usó águilas conocidas para transportar los rayos del dios.
Primeramente, se decía que Etón era uno de los monstruosos descendientes de Typhon y Echidna. Por consiguiente, era hermano del León de Nemea, del Can Cerbero, del Dragón de la Cólquide, de la Hidra de Lerna, Ortro el Perro Bicéfalo, de la Quimera, de la Esfinge, el dragón de las Hespérides Ladón, el León de Nemea, el Águila de Prometeo, y la Cerda de Cromión.
Sin embargo, también se decía que el águila caucásica era un hijo de Tártaro y Gea, por lo que era hermano de Typhon y Campe.
No obstante, el águila caucásica no era tan monstruosa como los hijos de Typhon y Echidna Por eso, se propuso una teoría alternativa de que el águila caucásica no era una bestia viviente, sino un autómata construido por el dios metalúrgico Hefesto.
El águila caucásica recibió su nombre porque su área de distribución se encontraba en las montañas del Cáucaso. Del mismo modo que el león de Nemea se encontraba en Nemea y la hidra de Lerna en Lerna.
Etón se destaca en la mitología griega por el papel que desempeñó en el castigo de Prometeo, un castigo impuesto al titán por Zeus.
Prometeo había sido el benefactor del hombre después de la Titanomaquia. Habiendo creado a la humanidad a partir de arcilla, la había imbuido con habilidades y habilidades tomadas de los dioses olímpicos previo a robar el secreto del fuego del taller de Hefesto.
Después de haber enseñado a la humanidad cómo obtener lo mejor de los sacrificios hechos a los dioses, la ira de Zeus se desbordó, lo que resultó en un castigo para el Titán.
Por esta razón, Etón, es casi más conocido con el nombre de águila de Prometeo que con el de águila caucásica.
Prometeo fue así encadenado a las inamovibles montañas del Cáucaso con cadenas irrompibles hechas por Hefesto.
Luego, como tortura adicional, el águila caucásica se deleitaba con el hígado de Prometeo todos los días puesto que el hígado del Titán se regeneraría cada noche. Prometeo era, por supuesto, inmortal, por lo que no murió cuando le arrancaron el hígado, sino que sufriría un dolor perpetuo debido a las acciones de Etón.
El castigo de Prometeo se prolongó durante muchos años. El escritor romano Higinio, en Fábulas, puso una escala de tiempo de 30.000 años en la fiesta diaria del Águila Caucásica. Es por esto, por lo que se entiende que el águila caucásica tuvo una vida extremadamente larga.
Ningún otro escritor estableció una escala de tiempo para el castigo de Prometeo, pero se dijo que Prometeo estaba atado antes del Diluvio. Esta teoría se entiende porque le aconsejó a su hijo Deucalion, qué hacer desde su lugar de confinamiento. Después, Prometeo, fue visto y los gritos de dolor del Titán fueron escuchados. De este modo, se avistó el águila caucásica vista por los Argonautas generaciones más tarde.
El castigo de Prometeo y la vida del Águila Caucásica llegaron a su fin gracias a la intervención del héroe griego Heracles. En su vida, Heracles había matado a muchos monstruos, pero en el caso del Águila Caucásica, Heracles no ataca ciegamente al pájaro y, sabiendo que estaba actuando según las instrucciones de su padre, Heracles pidió permiso a Zeus para traer el castigo de Prometeo a su fin.Algunos hablan de Heracles ofreciendo a Zeus la inmortalidad del centauro Quirón a cambio de la liberación de Prometeo. Aunque no está claro por qué Zeus requeriría la inmortalidad de Quirón. En cualquier caso, tanto si se negociaba un trato como si no, Zeus acordó que Heracles podía matar al Águila Caucásica y acabar con el tormento de Prometeo.
Zeus se dio cuenta de que las acciones de Heracles elevarían su posición entre los hombres y los dioses por igual conduciendo finalmente a la apoteosis de su hijo mortal favorito.
Finalmente, Heracles se quedó al acecho en las montañas del Cáucaso, aguardando el momento oportuno hasta que el águila caucásica gigantesca volara sobre sus cabezas.
Luego, ofreciendo oraciones a Apolo por un proyectil volador directo, Heracles desató una caída temblorosa de flechas con puntas venenosas. Así, cada flecha encontró su marca y el águila caucásica murió en pleno vuelo, estrellándose contra la tierra.
La fuerza combinada de Prometeo y Heracles fue suficiente para romper las cadenas creadas por Hefesto, que sostenían a Prometeo en su lugar.
Algunos cuentan cómo Zeus colocaría posteriormente a Etón, el águila de Prometeo, entre las estrellas como la constelación de Aquila. Aunque, otras águilas de la mitología griega, también fueron nombradas como el origen de este grupo de estrellas.
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