Como era normal entre los titanes, Febe se casó con su hermano, Ceo, con quien tuvo dos hijas: Leto, quien más tarde engendraría a los dioses olímpicos Apolo y Artemisa; y Asteria, quien engendraría a Hécate. Febe era pues la abuela de Apolo y Artemisa.
Esta titánide poseía el epíteto de “la de la corona de oro”, y estaba relacionada con la síbila délfica, por lo que poseía poderes adivinatorios.
Según cuenta Esquilo en la Euménides, el Oráculo de Delfos pasó de manos de Urano a Gea. Luego este pasó de manos de Cronos a Temis. Y, finalmente, pasó de manos de Temis a Febe, quien terminaría entregándoselo a Apolo.
Cuando Cronos se apropió del trono del universo tras castrar a su padre, Urano, y encerrar a los Cíclopes y a los Hecatónquiros en el Tártaro, se dio cuenta de que pronto perdería el poder a manos de uno de sus hijos, engendrados por su esposa Rea. Así que decidió comérselos uno por uno. No obstante, en su sexto parto, Rea dio a luz a Zeus, a quien escondió en la isla de Creta. En su lugar, le dio a Cronos una piedra envuelta en un pañal (ónfalo), que fue devorada pensando que era un bebé real
Cuando Zeus creció lo suficiente, le dio a Cronos un veneno que lo hizo vomitar. Primero regurgitó la piedra, que fue entregada a Pitón; y después a cada uno de los hermanos de Zeus. Después de esto, Zeus liberó a los Hecatónquiros y a los Cíclopes del Tártaro, quienes forjaron las principales armas de los dioses olímpicos: el rayo de Zeus, el tridente de Poseidón y el casco de invisibilidad de Hades. Así, comenzó una guerra entre los titanes y los hermanos de Zeus y sus aliados que se prolongó a lo largo de diez años, la cual es conocida como la Titanomaquia. Una vez fueron derrotados, la mayoría de los titanes, incluido Cronos, fueron encerrados en el Tártaro. No obstante, dado que Rea había permanecido neutral, al igual que todas las titánides y algunos titanes, fue perdonada por Zeus y no recibió ningún castigo.
De Mnemósine vendría la capacidad de recordar, de usar el poder de la razón y de hacer uso del lenguaje; y por lo tanto, en última instancia, el habla también estaba relacionada con ella. Por lo tanto, se esperaba que todos los oradores, reyes y poetas, alabaran a Mnemósine por haberles permitido hacer uso de una retórica persuasiva.
El ascenso de Zeus y los otros dioses olímpicos vio el fin de la Edad de Oro del dominio de los titanes, y una guerra, la Titanomaquia, vería una transferencia de poder de Crono a Zeus.
Como resultado, cuando la guerra terminó, mientras que los Titanes masculinos eran castigados en mayor o menor grado, a Mnemósine y sus hermanas se les permitió permanecer libres, aunque sus roles en el cosmos fueron asumidos en gran medida por la nueva generación de dioses y diosas griegas.
Zeus en realidad tenía a la mayoría de las mujeres Titanes en una alta estima, y de hecho, la naturaleza lujuriosa de Zeus, le hizo perseguirlas. Una de las casas de Mnemósine estaba en la región de Pieria, en Tracia, cerca del Monte Olimpo. Fue aquí donde Zeus sedujo a la Diosa de la Memoria, y durante nueve noches consecutivas, el dios supremo se acostó con Mnemósine.
Como resultado de este apareamiento, Mnemósine dio a luz a nueve hijas, en días consecutivos. Estas nueve hijas eran Calíope, Clío, Erato, Euterpe, Melpómene, Polimnia, Talía, Terpsícore y Urania; nueve hermanas conocidas colectivamente como las Musas Jóvenes. Posteriormente, estas Musas Jóvenes convertirían al cercano Monte Piero en una de sus casas, y estas musas tendrían su propia esfera de influencia dentro de las artes.
El hecho de que Mnemósine fuera la madre de las Musas Jóvenes ha visto a menudo confundir al Titán con otra diosa griega, Mnemea, una de las Musas Mayores. Mnemea era la Musa de la Memoria, por lo que las similitudes son obvias, y de hecho tanto Mnemósine como Mnemea eran hijas de Urano y Gea; aunque en las fuentes originales, las dos diosas griegas son claramente deidades separadas.
Después del nacimiento de las Musas Jóvenes, Mnemósine es poco mencionada en los cuentos mitológicos, aunque en algunas geografías del inframundo se decía que había un estanque que llevaba el nombre de la diosa.
El lago Mnemósine llegaría a ser usado junto con el río Lete, ya que mientras el río Lete haría que las almas olvidaran las vidas que habían pasado antes, el lago de Mnemósine haría que el bebedor lo recordara todo.
La conjunción del Lete y el Mnemósine fue recreada en el Oráculo de Trofonio en Lebadea en Beocia. Porque aquí la diosa Mnemósine era considerada como una diosa menor de la profecía, y algunos dirían que este era uno de los hogares de la diosa. Aquí la gente que deseaba una profecía bebía de las aguas de las piscinas de Mnemósine y del Lete, antes de que el futuro les fuera dicho.
Rea logró salvar al más pequeño de todos Zeus ya que al momento en que Cronos le solicitó al pequeño ella solo le entregó una piedra envuelta en pañales. Esta logró salvar a su pequeño escondiéndolo en una cueva del monte Ida en Creta donde la ninfa Amaltea lo cuidó hasta que llegó a la edad adulta. Para Homero Rea es la madre de todos los dioses, aunque no la madre universal así como Cibeles pero si una de gran importancia.
Si bien ella no tenía un culto poderoso o alguna actividad identificable bajo su mando, el lugar originario de culto en su honor era Creta lugar donde llevó a su hijo para salvarlo de Crono.
En los tiempos de historia era tanto la semejanza que había entre Rea y la Gran Madre asiática, Cibeles Frigia, que los griegos terminaron resolviendo el asunto tomando a esta última como su única Rea, aquella que había abandonado su principal hogar en Creta para huir a tierras inexploradas de Asia Menor y así escapar de la persecución de Crono.
Otro dato importante es que en la mitología griega el símbolo que representa a esta diosa es la luna, aunque en la mitología romana su símbolo se conocía como «el lunar
Debido a que representa la facultad de la vista tiene también la capacidad de evaluar con claridad cualquier situación,lo que le permite quitar de los ojos la venda que ciega a la humanidad de la realidad.
Tea de grande se caso con su hermano Hiperión con el que tuvo tres hijos Helios (el Sol), Eos (la Aurora) y Selene (la Luna) quienes son conocidos como las luces del cielo.
Ahora bien, los griegos tenían por creencia que la vista era un rayo emitido por los ojos así como los del sol y la luna, por lo que confirmaban que la diosa de la vista era también la madre de los dioses de estos cuerpos celestiales.
Tuvo participación en la Titanomaquia aunque solo jugó un papel neutral y luego de la derrota de los titanes se fue a vivir con Helios.
En la mitología el papel de Tea como madre Selene (la luna) hace referencia al supuesto planeta que según una teoría, llegó a colisionar con el planeta tierra lo que provocó la creación de la luna.
Temis Es la diosa de la justicia, el orden y la ley natural o divina. De hecho, la palabra Themis en griego significaba ‘ley natural’. Dirigía el orden natural de la unión entre un hombre y una mujer y los lazos familiares. Ella era la encargada de guiar a las personas por el buen camino , indicando cuáles eran los buenos hábitos y asegurándose de que todos cumpliesen las leyes. Se le consideraba generosa, afable y sabios.
Estaba dotada con el don de la profecía y la clarividencia. Era capaz de conocer todos los secretos, incluso los que estaban ocultos para Zeus, dios de dioses. Así mismo, ejercía como protectora de los oprimidos y rectora de la debida hospitalidad.
Temis era muy hermosa, iba vestida con túnica blanca y frecuentemente se la representaba con una venda en los ojos; esto se considera una simbolización de su ecuanimidad, pero también una expresión de su capacidad de profecía, que no necesitaba de los ojos para ver. Velaba por la buena relación entre hombres y mujeres: fue la que le ofreció una copa de vino a Hera cuando esta volvió afligida por las amenazas que Zeus le profesó.
Lleva en la mano una balanza que representa la justicia: Aunque el Oráculo de Delfos estaba consagrado a Apolo, Temis fue una de las diosas que estuvo tras este, ejerciendo sus artes adivinatorias. De hecho, esta deidad recibió el oráculo de manos de su madre, Gea, y después de un tiempo fue ella quien se lo obsequió a Apolo, aunque otras versiones señalan que el dios tuvo que vencer a un dragón para apoderarse de este.
La diosa Temis fue una de las pitonisas del lugar.
De otro lado, también se cuenta que fue esta deidad la que le enseñó a Deucalión y Pirra, los primeros humanos, la forma de volver a repoblar la Tierra tras la gran inundación del mundo.
Temis fue la segunda esposa de Zeus, después de que este último pusiera fin abruptamente a su unión con Metis, que representaba la inteligencia y la astucia. Gea le había advertido a Zeus que Metis daría a luz dos hijos y que uno de ellos le quitaría el poder, tal y como el propio Zeus había hecho con Cronos, su padre. Así que Zeus engulló a su primera esposa y así acabó con el problema.
Temis y Zeus tuvieron varios hijos: las Parcas (o Moiras) y las horas de trabajo (Horae) o temporadas. En algunas versiones también se cuentan en la descendencia Astraea (otra personificación de la justicia), las ninfas del río Eridanus y las Hespérides. Hay ciertas versiones del mito de Temis que señalan que esta tuvo como amante a Jápeto y que juntos fueron los padres de Prometeo, el titán que robó el fuego para regalarlo a los mortales.
Se dice que Temis estuvo en la Tierra durante el reinado de Cronos, dios del tiempo eterno, durante lo que se conoció como la Edad de Oro. Después vino la Edad de Plata y luego la Edad del Hierro. Durante esta última los hombres se volvieron malvados y violentos, lo cual horrorizó a la diosa.
Por eso Temis escapó y fue hasta lo más alto del cielo; Zeus, que la comprendía, la convirtió en la constelación conocida como Virgo. En gran parte de los tribunales judiciales de Occidente se emplea aún la figura de Temis como símbolo de la justicia.
Fue en un tiempo una diosa importante en el panteón de las deidades griegas, pues era considerada como la diosa griega del mar. Hoy en día, la fama de Tetis ha sido eclipsada por otras deidades posteriores en el panteón griego, a saber, los olímpicos, ya que Tetis era de la generación anterior y, por lo tanto, era uno de los Titanes.
En el momento del nacimiento de Tetis, Urano era la deidad suprema del cosmos pero fue derrocado por los Titanes. Crono blandió una hoz inflexible para castrar a su padre, mientras sus hermanos lo sujetaban; Tetis y sus hermanas no desempeñaron un papel activo en el derrocamiento de Urano.
Todos los Titanes, sin embargo, se beneficiarían del derrocamiento de Urano, ya que mientras Crono tomaba el manto de la deidad suprema, el cosmos se dividía efectivamente entre los 12 Titanes, dándole a cada dios o diosa una esfera de influencia.
El papel de Tetis en este nuevo orden era el de una diosa del agua, aunque Ponto y Forcis la habían precedido como deidades griegas del agua. Tetis, sin embargo, estaría relacionada principalmente con el agua dulce. Este papel la convertiría en la esposa del Titán Océano, el dios griego del río que rodea la Tierra; se cree que Tetis y Océano son la fuente última de toda el agua dulce de la tierra.
La era de Tetis y los otros Titanes sería conocida como la “Edad de Oro” de la mitología griega.
La “Edad de Oro” de los Titanes llegaría a su fin cuando Zeus, el hijo del hermano de Tetis, Crono, se levantó contra el gobierno de su padre. Este levantamiento conduciría a una guerra de diez años entre Zeus, y sus aliados, contra los Titanes.
De Océano y Tetis nacieron las tres mil Oceánides (o ninfas acuáticas) y los Oceánidas o ríos del mundo, también llamados Potamoi.
Ciertamente había un fuerte vínculo entre Tetis y Hera, y cuando Hera buscó venganza contra Calisto por tener una aventura con Zeus, fue a Tetis a quien Hera acudió. Para entonces Calisto se había transformado en la constelación de estrellas La Osa Mayor, pero Tetis le prohibía al La Osa Mayor beber o bañarse en las aguas del Océano, por lo que en ese momento, la constelación de La Osa Mayor nunca caería por debajo del horizonte.
La diosa Tetis también juega un papel importante en la historia de Ésaco, como se cuenta en las Metamorfosis de Ovidio.
Ésaco era hijo del rey Príamo de Troya, que tenía la capacidad de ver el futuro, y por lo tanto, cuando Hécuba quedó embarazada de un niño que se convertiría en Paris, Ésaco advirtió a su padre de la destrucción que ese nuevo hijo traería sobre Troya.
Ésaco se enamoraría de la ninfa hija del dios Potamoi-dios del rio- Cebrén; la hija se llamaba Hesperie o Astérope. La náyade pisó una serpiente y murió debido a la mordedura venenosa de esta.
Ésaco decidió que no podía seguir viviendo sin Hesperia (Astérope) y decidió suicidarse, y así el hijo del rey Príamo se arrojó al mar desde los acantilados más altos. Antes de que la caída lo matara, Tetis transformó a Ésaco en un somormujo (un pájaro buceador), y así Ésaco no murió, sino que se sumergió magníficamente en el agua.
Lejos de estar contento de seguir vivo, Ésaco, ahora como pájaro, trató una vez más de lanzarse desde el acantilado, pero de nuevo la zambullida de Ésaco rompió limpiamente la superficie del mar; y a día de hoy Ésaco, como pájaro buceador, aún se zambulle desde el acantilado hacia el mar.
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